Historia de las tres leyes de la robótica
Los primeros robots construidos en
debe dañar a un ser humano para evitar que dos o más sufran daño. Aquí los
robots decidían en función de un criterio exclusivamente cuantitativo, quedando
luego inutilizados, al verse forzados a violar la primera ley.
Posteriores desarrollos en la robótica, permitieron la construcción de circuitos
más complejos, con una mayor capacidad de autorreflexión. Una peculiaridad de
los robots es que pueden llegar a redefinir su concepto de "daño" según sus
experiencias, y determinar niveles de éste. Su valoración de los seres humanos
también puede ser determinada por el ambiente. Es así que un robot puede llegar
a dañar a un ser humano por proteger a otro que considere de más valía (su amo,
por ejemplo). También podría darse el caso de que un robot dañara físicamente a
un ser humano para evitar que otro sea dañado psicológicamente, pues llega a ser
una tendencia el considerar los daños psicológicos más graves que los físicos.
Estas situaciones nunca se hubieran dado en robots más antiguos. Asimov plantea
en sus historias de robots las más diversas situaciones, siempre considerando
las posibilidades lógicas que podrían llevar a los robots a tales situaciones.